Debido a la dificultad que presentan los esmaltes de Reflejo Metálico, en cuanto a preparación, se han desarrollado unas mezclas para esta técnica, las cuales mantienen resultados constantes siempre que el método empleado sea el indicado a continuación:
1º) Por una parte se puede esmaltar la pieza bizcochada y cocer a 980ºC, para en una segunda cocción efectuar la reducción. O podemos
cocer a 980ºC y en el enfriamiento provocar la reducción. En nuestro caso vamos a partir del primer supuesto (pieza ya cocida).
2º) Se efectúa una subida hasta 700ºC siempre con atmósfera oxidante (llama azul).
3º) Una vez alcanzada la temperatura de 700ºC, lo que se pretende es mantener fija ésta. Esto se consigue graduando la entrada de aire y gas, y cerrando la chimenea, hasta el momento de conseguir una llama roja, de manera que la temperatura se mantenga constante durante aproximadamente 1/4 de hora.
4º) Una vez transcurrido el tiempo indicado, se pasa a cerrar totalmente cualquier paso de aire al interior del horno (rendijas, grietas, orificios -ayudándonos de fibra, cemento refractario-), así como también el tiro de la chimenea, de manera que lo único que entre en el horno sea gas, con lo cual la temperatura comenzará a bajar. Esta atmósfera se mantiene en estas mismas condiciones hasta que la temperatura baje a 450ºC aproximadamente, momento en el que se cierra el paso de gas y se deja que el horno se enfríe por sí solo. En ningún momento se debe abrir el horno antes de los 100ºC, pues podría quedar algo de gas en el interior y producirse una explosión.
(*) Este esmalte lleva en su composición nitrato de plata, por lo que recomendamos su manipulación con guantes.
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